
Ser un jugador temperamental no es sinónimo de futbolista agresivo, mal intencionado o peleador, en el mundo del fútbol significa que impone respeto en la cancha, que marca territorio, que tiene liderazgo, que grita y tiene influencia en sus compañeros y sabe cómo presionar al árbitro e incluso a los rivales, pero algunas veces ese jugador temperamental pasa a ser impulsivo y ya sus reacciones pueden ser incontroladas y negativas. Cuando ese jugador se deja llevar por sus impulsos es capaz de agredir a un jugador rival e incluso al árbitro, enfrentarse a los aficionados verbal y físicamente, pasar de jugar recio a jugar con mala intención, olvidarse del juego limpio e inclinarse por la agresión sin importar las consecuencias, que pueden ser desde recibir amonestaciones y expulsiones hasta lesionar seriamente a un contrario.
Entre los jugadores más temperamentales de la historia del fútbol se destacan: el francés Eric Cantona, el inglés Roy Keane, el italiano Genaro Gattuso, el español Sergio Ramos, el sueco Zlatan Ibrahimovich y el holandés Edgar Davis. Todos excelentes jugadores, pero cuando los traicionaba su temperamento no medían las consecuencias de sus reacciones.
Gabriel Pereira, el number one
A lo largo de la historia del fútbol amateur de Atlanta ha

habido muchos jugadores con carácter o temperamento fuerte a la hora de jugar; no viene al caso mencionar sus nombres, porque algunos de ellos ya no están en este mundo, pero como Gabriel Pereira quizá ninguno, el argentino podría ser el jugador más difícil para un rival o árbitro en un campo de fútbol en Atlanta.
Gabriel, con más de 40 años de edad, sigue jugando con equipos de categorías libres, es decir, que también son integrados por jóvenes. El pasado domingo nuestra cámara lo captó jugando en un partido con el equipo Guerrero, en la Estadio Soccer League, y allí recibió una tarjeta amarilla y estuvo cerca de ganarse la segunda, de acuerdo con el árbitro central, que así lo manifestó, lo que le hubiera significado recibir la roja como castigo inmediato.
En una ocasión este servidor fue víctima de la reacción impulsiva de Gabriel Pereira cuando me incriminó con la frase: “concha tu madre” por el solo hecho que le estaba tomando fotos al momento de salir expulsado en un juego en Silverbacks Park.
La amable sonrisa de Gabriel, fuera del campo, contrasta con sus reacciones desproporcionadas en el terreno de juego cuando lo traiciona su temperamento. Pero insisto, fuera de las canchas es una persona agradable, sociable, sencilla, al menos esa es mi experiencia con él.