Luis Ortega comenta que llegó a la ciudad de Atlanta a finales de la década de los 80, y que desde entonces ha estado involucrado en el fútbol amateur de esta ciudad, primeramente como jugador y después como dirigente.
“Llegué a Atlanta en el año 89, pero comencé a jugar en el año 90 con un equipo que se llamaba Los Bravos, con el cual estuve dos temporadas, después pase a otro que se llamaba Perú, y con el pasar de los años formé parte de muchos equipos más, pero fue hasta cuando tenía 44 años que comencé a ser dirigente de equipos de jovenes, con los cuales recuerdo haber ganado algunos campeonatos como una copa Independencia, una copa Navideña, dos campeonatos de Segundas Divisiones en diferentes ligas como la Lawrenceville, de Roberto Vargas y la Chapín Soccer League, de Elder Hernández. Tenía apenas 20 años cuando llegué a esta ciudad, y ahora tengo 55”, recuerda Ortega.
En sus 35 años de trayectoria, el originario de la aldea Las Pampas, Escuintla, Nueva Concepción, Guatemala, ha sido testigo del crecimiento del fútbol de Atlanta, tiempo por el
cual le permite ser una voz autorizada para dar cualquier opinión o calificación del fútbol local como para decir que la mejor liga de todos los tiempos fue la Latinoamericana por su buen nivel futbolístico que tuvo, después recuerda o reconoce como buenas instituciones a la desaparecida Liga Internacional, la Georgia Soccer League, y hoy en día a la Liga Lawrenceville, entre otras.
Luis comentó en la breve conversación con este medio de comunicación EstadioSports, que aún no piensa en el retiro del fútbol, ni como jugador ni como dirigente porque prefiere estar en un campo de fútbol que sentado viendo la televisión.
Actualmente dirige al equipo Deportivo Las Pampas, en la Segunda Fuerza, Liga Lawrenceville, un equipo compuesto por jóvenes, su mayoría originarios de Guatemala, y juega los domingos en la ciudad de Roswell con un equipo de mayores de 50 años.
Luis, a finales de la década de los años 90, fue además reportero gráfico y escrito de un periódico deportivo que había en ese entonces en Atlanta que se llamaba “El Deportivo”, de Winston García.
