México perdió contra Colombia previo a la Copa del Mundo y evidentemente se señaló al “villano número 1”, Gerardo Martino. Pero el timonel argentino, además de reconocer su responsabilidad, también apuntó otra de las causas del fracaso: Los jugadores mexicanos están sobrevalorados por los directivos, no pueden salir de sus clubes con facilidad y por ello no pueden competir en un nivel mejor que el que ofrece la Liga MX.
"¿Por qué los jugadores no se van afuera? No se van porque no los dejan, porque son exorbitantes las cifras que piden por ellos, cómo hay un jugador que vale 10 millones de dólares y no tiene mercado europeo”, aseveró Martino en conferencia de prensa.
Por mucho que pese reconocer el avance de Estados Unidos en el fútbol, hay que aceptar que el esquema con el que sus jugadores dan el salto a Europa es de envidiar. Hoy en día la gama con la que cuenta Gregg Berhalter, seleccionador del combinado norteamericano, es más amplia que la del Tri.
En las ligas del viejo continente hay repartidos 22 mexicanos, siendo Edson Álvarez el más
destacado. Por otro lado, hay más de 70 futbolistas estadounidenses en las competencias europeas, en la que Pulisic es la punta de lanza.
George Bello, ganador de la Copa Oro en 2021 y dos veces campeón con el Atlanta United, fue fichado por el Arminia Bielefeld de la segunda división alemana en una transacción de menos de 2 millones de euros. En México, a los jugadores, sin ser campeones y sin haber ganado nada, quieren venderlos por mucho más que eso.
Cuando la Selección Mexicana pareció haber despertado y encontrado la brillantez en la cancha, el conjunto colombiano los devolvió a la realidad negativa que han arrastrado desde hace ya un tiempo. El Tri perdió una ventaja de dos goles y finalizó el compromiso 3 a 2: abucheados y con los ánimos por los suelos de cara a Qatar 2022.
La calidad de los mexicanos es buena, pero no suficiente. Al menos en sus exhibiciones más recientes, se ha demostrado que el nivel de aquellos jugadores de la Liga MX no está para despuntar en un escenario internacional; y aquellos que presumen estar en Europa tampoco son diferenciales.
